Perdonadme que me quite el sombrero, que me emocione, que tome aire para no respirar. Está sonando “El sitio de mi recreo”. Esta canción refleja a Antonio Vega en toda su plenitud. Su ternura, su fragilidad, sus sentimientos, su miedo, su amor, su melancolía, sus fantasmas… su GRANDEZA.Antonio, tú me has acompañado casi desde que comencé a sumergirme en el mundo de la música. Al principio con Nacha Pop, que por mucho que digan ahora, no fue el mejor grupo de la nueva ola. De hecho hasta que no grabasteis el doble LP en directo erais casi un grupo de culto, porque vuestras ventas así lo decían. Pero posiblemente tenías la mejor canción de esa época. Una canción tan perfecta que la cante quien la cante suena bien. Se me viene a la cabeza la maravillosa versión en inglés de los Gigolo Aunts
“Girl from yesterday”. Imagino a Dave Gibbs tomando una cerveza en Malasaña al ritmo de aquella canción y haciendo callar al resto del grupo para poder disfrutarla. Lo imagino, diciéndoles “tenemos que hacer una versión de esta canción”. Y la hicieron.
Chica de ayer fue tu primer éxito, pero también a veces fue tu cruz. Y a ti hubo momoentos en que te jodía que te reconocieran sólo por ese tema. Y te jodía tanto que en los tiempos de gloria de Nacha Pop llegaste a renegar de ella. Al final lo asumiste. Y luego has sabido sobrevivir a ella. Para el público masivo, quizás serías siempre un autor de una sola canción; los que teníamos oídos curiosos sabíamos que allí estaba un artista mayor, un poeta eléctrico, un aprendiz que ascendió a maestro, como ha dicho Diego Manrique. Y si no, ahí están
“Atrás”, “Cuando salga el sol”, “Desordenada habitación”, “Una décima de segundo”, “Lloviendo en la ciudad”, “Mujer de cristal” o la inmensa
“Lucha de gigantes”.Pero especialmente me has acompañado en tu carrera en solitario. Tu primer disco,
No me iré mañana (1991), me parece una obra maestra. De principio a fin. Un disco de guitarras y mucho pop, como tú decías. Y no quiero ser ventajista, ni que Iván piense que lo digo ahora que ya no estás, pero el que me conoce sabe que siempre he pensado que has sido el mejor compositor de la música pop española. 2 ó 3 años después te vi en un concierto en Jaén, presentando tu siguiente álbum
El sitio de mi recreo (1993). Yo iba con mi otro amigo Antonio y al salir nos miramos y nos dimos cuenta de lo que habíamos visto. Nos dejaste sin palabras, emocionados... igual que hoy. Y luego tuvimos la suerte de saludarte en camerinos y cruzar unas palabras contigo. Te dimos ánimo, porque tu aspecto era frágil. Y te deseamos suerte. Y hablamos de lo que nos habían gustado tus dos discos en solitario, aunque no la foto de la portada del que me firmaste. Salimos pensando en si volveríamos a verte sobre un escenario…
Y sí, volví a verte en concierto en dos ocasiones más. Las dos veces con Mamen como acompañante. En la primera con tu perfecta banda de acompañamiento. Fue un gran concierto, corto, pero muy intenso. Y en un sitio privilegiado, el Parque García Lorca de Granada, donde seguro que el espíritu del poeta te dio la fuerza para sobreponerte a tu delicado estado de salud y emocionarnos con tus temas. La segunda fue en uno de los conciertos de la reunión de 2007 de Nacha Pop, en Córdoba, donde reuhías un poco del protagonismo y a veces te escondías al fondo del escenario.
Después de aquellos dos álbumes de principios de los 90 han venido 6 más. Y todos están en un lugar privilegiado de mi colección. Tengo mis favoritos, aunque todos son capaces de estremecerme al leerte y al escucharte. Pero hay un tema que está por encima del resto, “A trabajos forzados”, en el que pones música e interpretas magistralmente un poema de Antonio Gala. Nunca he oído una canción de amor más bonita. Y ella me ha acompañado en la fase más feliz de mi vida.
Y ahora te vas... Porque aunque fuera algo que se venía anunciando desde hace tanto tiempo, nunca te haces a la idea. Yo ni siquiera sabía que llevabas varios días ingresado. Y por eso para mí te has ido de repente, en seco, sin esperarlo… igual que has culminado algunas de tus canciones como “Una décima de segundo” o “No me iré mañana”. ¿Dónde irán las nuevas canciones que ya tenías compuestas...?
Gracias por acompañarme con tu música y gracias por desearme lo mejor. Ahora sé que aquel saludo y aquella dedicatoria me han acompañado a donde estoy ahora.
Jose